Una pena. Un escándalo después de un buen partido de Gimnasia. Una actuación sólida contra un equipo que conoce su libreto de memoria. Que treinta segundos de boxeo de primera no eclipsen absolutamente una buena presentación del equipo, incluídas las variantes tácticas. Barsottini libre, Oreja y Blengio sobre los puntas de Arsenal, Gimnasia mostró una intención más ofensiva. Lo perdía en una pelota quieta, lo empató con un pelotazo de Barsottini que Pereyra aprovechó muy bien (recuperado, Facundo pide pista, titular antre Racing), casi lo gana con un tiro de Mussis que dió en el travesaño, el palo salvó a Monetti y otra vez un caño salvó a Campestrini en una acción de Pereyra. Un poco mejor que el rival, los de Troglio redondearon un aprobado en el Viaducto. El segundo tiempo de Mussis, la seguridad de Monetti y la vuelta al gol de Pereyra, los puntos altos triperos... ¿Qué pasó en el final? Una pelota desinflada, el bote a tierra, los jugadores de Arsenal que entienden que Gimnasia debe devolverla, Mussis y Pereyra que juegan...y el caos. Primera culpa: el falso concepto de fair play, la creencia de la obligatoriedad de no jugar, el "favor" de devolver la pelota con patadas al touch dignas de Juan Martín Hernández en Los Pumas. Si los "piques" se disputasen como desde la prehistroria del futbol, no estaríamos hablando de esto. La incongruencia de 5 expulsados por una batahola iniciada en haras del fair play, con codazo de Marcone y cabezazo de Aguirre -ambos a Pereyra- a la vista de todos. Si Herrera daba un pique, lo más grave que pasaba era una pelota trabada y algún golpe en acción de juego. "Comprensible, pero no aceptable", resumió Pedro Troglio en vestuarios. "En frío, pensarán ¿para qué?" dijo el técnico de lo sucedido en la cancha. Expulsados Matías García, Franco Mussis y Gastón Díaz, no habrá más informes del árbitro aunque el fantasma de que el Tribunal de Disciplina actúe de oficio en base a los videos es una posibilidad. No inminente ni concreta, pero posibilidad al fin. Sin Licht que por lesión se pierde el tercer partido al hilo, será cuesta arriba para el entrenador armar el equipo para enfrentar a Racing. Nadie está orgulloso de lo que pasó. Sucedió. Punto. No creo que el camino sea la "sanción ejemplificadora". Tampoco que el fútbol argentino esté mal por Vivas, por Godoy Cruz-Boca o por Arsenal-Gimnasia. Está mal porque se juega mal. Cada vez peor. Y, a título personal, rechazo la posibilidad de subirme al pedestal con un dedo en alto, acusador. Otros querrán hacerlo. Yo no. Y más allá de que la frase voluntarista sea "no debería volver a pasar", no tengo dudas de que se repetirá. Con estas camisetas o con otras.
Facundo Ache
No hay comentarios:
Publicar un comentario